domingo, 6 de noviembre de 2011

PLACA EXISTENTE EN LA TUMBA DEL CAPITAN RUFINO SOLANO POR DETERMINACIÓN DE LA MUNICIPALIDAD DE LA CIUDAD DE AZUL. DICIEMBRE 2011

Capitán RUFINO SOLANO, militar, argentino, nació en Azul el 9 de Abril del año 1838, recordado como “El diplomático de las pampas”, desplegó inigualables acciones en defensa de la paz, de la libertad y de la vida en la denominada“frontera del desierto”. Como resultado de sus acciones, Rufino Solano, haciendo uso de un trato proverbial con el aborigen logró redimir personalmente y en constante riesgo de su vida, a centenares de mujeres, niños y demás prisioneros de ambos bandos enfrentados, impulsado siempre por un constante y comprometido sentimiento en defensa del género, encarnado en la lacerada figura de LA CAUTIVA. De igual modo, mediante sus prodigiosos oficios de mediador y pacificador, se distinguió por haber evitado sangrientos enfrentamientos y pérdidas de vidas humanas, arribando con los máximos caciques indígenas a numerosos acuerdos de paz y de canje de prisioneros. Por su creciente prestigio en el manejo de las relaciones con los aborígenes, el gobierno lo ascendió a capitán, manteniendo la paz en sus confines durante casi veinte años.
Más allá de las virtudes humanas y morales con que estaba dotado el capitán Solano, difíciles de hallar en una sola persona, esta tarea la pudo desarrollar merced a su natural capacidad para interpretar la lengua y el alma del indígena, adquirida desde su infancia por pertenecer a una familia fundadora del pueblo y fuerte del Azul y por su fraternal acercamiento con el pueblo originario, a causa del cargo de alcalde rural de que ejerció su padre Dionisio Solano.
En cumplimiento de servicios a su Patria, el capitán Rufino Solano actuó bajo las órdenes de jefes militares tales como Ignacio Rivas, Benito Machado, Francisco Elías, Álvaro Barros, entre muchos otros; también actuó bajo órdenes directas de Adolfo Alsina, Martín de Gainza, Marcos Paz y otras personalidades políticas del país. Del igual modo, fue lazo y nexo ineludible en la evangelización y salvamento de personas llevadas a cabo entre la Iglesia y los más altos jerarcas aborígenes, tales como Calfucurá, Namuncurá, Catriel, Pinsén, entre tantos. En cumplimiento de esta actividad, se lo vio prestando estrecha y activa colaboración al benemérito Padre Jorge María Salvaire, mentor y fundador de la Gran Basílica de Luján denominado “El misionero del desierto y de la Virgen del Luján”, actuando como ineludible interlocutor entre los líderes del pueblo originario y el Arzobispado de la ciudad de Buenos Aires, en la persona del Arzobispo León Federico Aneiros, llamado “El Padre de los Indios”. También respondió a numerosos pedidos de instituciones y de particulares con familiares desaparecidos. Toda esta tarea la realizó en beneficio de la población de Azul y de numerosas e incipientes localidades de la Provincia de Buenos Aires, e incluso de otras provincias aledañas. Entre otras significativas intervenciones del capitán Rufino Solano, se destacan la formar parte de los cimientos que dieron origen a las actuales ciudades de Olavarría y San Carlos de Bolívar. Esta encomiable labor del capitán Rufino Solano fue desarrollada durante sus más de veinte años de carrera militar y continuó ejerciéndola desde su retiro hasta su muerte, ocurrida el 20 de Julio de 1913. Este ejemplar ser humano, que lo dio todo por sus semejantes, al cual miles de familias le deben hoy su existencia, murió pobre, viejo y olvidado en su pueblo natal, se llamaba RUFINO SOLANO, capitán del ejército argentino, y su mayor orgullo fue ser, tal como él siempre lo manifestaba “un fiel servidor de la Patria”.-