lunes, 3 de noviembre de 2008

MÚLTIPLES FUNCIONES DEL CAPITÁN RUFINO SOLANO. CARTA DEL CACIQUE MANUEL NAMUNCURÁ AL ARZOBISPO FEDERICO ANEIROS

EL TEXTO DE LA CARTA TRANSCRIPTA, DEMUESTRA LA INVALORABLE ACCIÓN DE PACIFICACIÓN Y DE COLABORACIÓN EN LA EVANGELIZACIÓN DEL CAPITÁN RUFINO SOLANO. ESTE MILITAR, SIN DESATENDER SUS FUNCIONES Y DEBERES ESPECÍFICOS, ENCOMENDADOS POR EL GOBIERNO NACIONAL APROVECHABA TODA OCASIÓN PARA ALIMENTAR EL CONTACTO DE LA IGLESIA CON LOS LÍDERES ABORÍGENES. ELLO LE PERMITIÓ OBTENER UN BIEN GANADO PRESTIGIO EN TODOS LOS SECTORES DEL ESPECTRO SOCIAL DE LA ARGENTINA DE AQUELLA ÉPOCA. PERO, SIN TEMOR A EQUIVOCARNOS, EL MÁS VALIOSO PRODUCTO DE ESTE FLUIDO TRATO, FUE EL DE LOGRAR EJECUTAR EL OBJETIVO QUE ESTE MILITAR SIEMPRE TENÍA EN MENTE: LA REDENCIÓN DE LOS CAUTIVOS.
EN EFECTO, ESTA ACCIÓN LLEVADA A CABO DURANTE LARGOS AÑOS, EVITÓ MAYORES DERRAMAMIENTOS DE SANGRE Y LA RECUPERACIÓN DE LA LIBERTAD DE CENTENARES DE PRISIONEROS (QUIZÁS MILES), DE AMBOS BANDOS.-
Al Exmo. Sr. Arzobispo Aulón Capitular de Buenos Aires
Dn. Federico Aneiros
Salinas Grandes, 9 Nobe. 1876.
Exselentísimo señor: aprovecho la oportunidad de saludar de B.E. por medio de la presente y por conducto del capitán Dn. Rufino Solano, este capitán marcha a presentarse hante el superior Gobierno; y aciéndole presente a B.E. que cuando se presentó a ésta, el reverendo padre Dn. Jorge María Salvaire estávamos en principios de tratados para los arreglos de paz; cuando se ha ofrecido por otra parte la prosecución de la guerra que hando dimanada por disgustos de desavenencias con algunos indios y las fuerza de los cristianos cuyos se concentraron a esta parte del Territorio que me pertenece y el Sr. Reverendo Padre conoce estos campos son los que me sirven para tener mis invernadas y por fin siempre reclamo el campo que me pertenece en lo cual hoy estamos en guerra matándonos unos a otros cosa que sería mejor fuesen desocupados los campos que se hallan ocupados por las fuerzas de los cristianos y tratar después en los arreglos de paz. B.E. como ministro de Dios, así como representa su personalidad, y como persona de mucha influencia pa. Con el superior Gobierno el Sr. Ministro de la Guerra para evitar los grandes destrozos que se hacen todos los cristianos mediante la guerra puede meditar con el Superior Gobierno para que sehan desocupados los campos que reclamo al superior Gobierno por ser de derecho de los indios y dejándomelos libremente, hacepto los tratados de paz; pues de lo contrario los cristianos pierden sus haciendas y familias y poblaciones que son pasadas por las llamas y todos sus intereses que pueden perder por medio de la guerra pues los indios no tienen que perder tantos intereses como los cristianos pues nosotros no tememos que nuestras familias que se nos pueden quitar y nada que perder de poblaciones de haciendas u otros intereses y trabajos como los tienen los cristianos de lo cual hestando en los arreglos de paz serán más modificados estos daños que perjudican a toda humanidad.
Como B.E. conoce bien y es antiguo en nuestras relaciones esperamos de su influencia se nos atienda el Superior Gobierno en estos reclamos que hago a nombre de todos los principales caciques de los indios y dar un nuevo regim a las marchas de nuestras disposiciones.
Si en caso el superior Gobierno acepta los tratados de paz, al Capitán Dn. Rufino Solano se le dan treinta días de plazo contados desde la fecha para que se le presente hante mí pasado este término queda nula nuestra petición para los arreglos de paz y siempre se proseguirá la guerra que dimane de la defensa de nuestros campos. Recomiendo mucho a mi sobrino Amaro para que se le dea una buena educación.
Al mismo tiempo espero de B.E. se sirva mandarme los veinte mil pesos que le he pedido por medio del reverendo Padre Dn. Jorge María Salvaire y para mi hermano Dn Alberito Reumay los cinco mil más y pa. Mi secretario Dn. Bernardo Namuncurá el par de estribos de plata Carrileros.
Cuya cantidad se le entragará al Capitán Dn. Rufino Solano. Recibirá muchos recuerdo de mi parte y de mi hermano Dn. Alberito Reumay y de mi secretario Dn. Bernardo Namuncurá y se los dará al reberendo Padre Dn. Jorge María Salvaire.
Sin otro objeto espero me conteste con el Capitán Rufino Solano, repitiéndome de B.E. su afectísimo servidor.
Manuel Namuncurá

Archivo de la secretaría del arzobispado, legajo El arzobispo Aneiros y la conversión de los indios, también se encuentra transcripta en el libro: El Cacique Namuncurá: Último soberano de las pampas. De Adalberto A. Clifton Goldney, Coronel. Publicado en Febrero de 1964 por Editorial Huemul S.A. Bs. As.-

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